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Grietas

Qué complicado es el conflicto catalán y cuántos puntos de vista hay, muchos de ellos sujetos a leves matices que los diferencian. Para muchos, los líderes políticos catalanes son héroes que han actuado en función del mandato del pueblo y han intentado democráticamente instaurar la república catalana. Para otros muchos, han sido unos kamikazes que con tal de conseguir su objetivo han sido capaces de saltarse la Constitución y hasta su propio Estatuto. Para algunos la actuación del Gobierno central fue adecuada; para otros, fue excesiva. Y podría seguir enumerando puntos de vista...

Tampoco las actuaciones de la justicia española han estado exentas de polémica. Algunos consideran que los políticos presos son presos políticos; y otros ven justa su estancia en prisión provisional. Lo último relacionado con el procés ha sido la detención de miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), acusados por la Fiscalía de delitos de rebelión y terrorismo...y ahí está el enésimo punto de conflicto: hay quien considera que sabotear peajes y cortar carreteras no es, ni por asomo, terrorismo y hay quien piensa que sí.

Cuando escuchamos la palabra 'terrorismo', directamente la relacionamos con acciones cuyo objetivo es asesinar personas -objetivo que no siempre se consigue, afortunadamente-. Desconozco cómo se fundamenta esa acusación desde el punto de vista judicial, pero como simple ciudadano me suena excesiva. No soporto los cortes de carretera, que entorpecen a quien va a trabajar, estudiar o a pasar el día con su familia; o los piquetes que obligan -de muy malas maneras- a los comercios a cerrar en jornadas de huelga, pero de ahí a considerarlos actos terroristas creo que va un abismo.

He sido -y soy- muy crítico con el procés. Los políticos implicados deben pagar por su manera de actuar -es muy legítimo ser independentista, pero las formas fueron totalmente erróneas-, pero la prisión provisional de meses que está viviendo gente como Oriol Junqueras me parece innecesaria, igual que esas acusaciones de rebelión y terrorismo contra manifestantes. La justicia debe ser proporcionada y, que yo sepa, cortar una autopista no mata a nadie -aunque cabree y mucho-.

No es ésta la manera de aplacar los ánimos y de acercar posturas. En lugar de intentar el diálogo, se prefiere abrir aún más las grietas entre Cataluña y el resto de España. Y si seguimos así, la grieta se hará tan grande y profunda que ya no será posible hacerla desaparecer, por mucha tierra que añadan unos y otros para taparla.

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