OT es una isla

Cuando Televisión Española anunció el retorno de 'Operación Triunfo', no las tuve todas conmigo. La manera precipitada en que acabó el formato en su última edición, hace varios años y en Tele5, me hacía dudar sobre la conveniencia de recuperar este programa que tantos buenos momentos dio a la pública y a sus espectadores. Era un riesgo, un salto sin red. Pero afortunadamente, el triple salto mortal ha salido bien. Más que bien.

No acostumbro a postear nada sobre programas de televisión, pero este artículo no habla del programa en sí sino de lo que ofrece ese espacio televisivo al espectador. Ésta es mi lista de lo que 'OT 2017' está dejando.

• Valores: La primera edición nos conquistó en 2001 por esa inocencia que siempre tienen las primeras veces. Los que estaban encerrados en la Academia no tenían ni idea de la que se estaba formando fuera. Y algo así ha pasado con esta nueva edición, en la que la incertidumbre también estaba presente -a diferencia de las ediciones de 2002, 2003, etc. en las que ya sabían qué era el programa y cómo funcionaba en audiencia-. Se agradece que los concursantes sean auténticos y no entren resabiados. Pero por encima de esa inocencia de los participantes están valores como el compañerismo, el esfuerzo, la tenacidad o la lucha por los sueños. Que estos valores se trasmitan a través de una televisión pública es de suma importancia, más cuando muchísima gente joven -en edad de formarse- sigue el programa.

• Cultura musical: OT acerca todo tipo de canciones a su público, desde las canciones de moda hasta clásicos que ya cumplen varias décadas. Esto hace que mucha gente nacida en este milenio descubra canciones como 'La bikina', 'Eres tú' o 'Por debajo de la mesa'. Aporta cultura musical en unos tiempos muy tomados por el reggaeton y otros ritmos tan de moda. En OT hemos podido escuchar todo tipo de estilos.

• Métodos de enseñanza: 'La letra con sangre entra' decía un refrán. Para los que pensamos lo contrario, ha sido un gustazo ver las clases de distintas disciplinas que les imparten a los concursantes unos profesores que, si bien se ponen estrictos cuando consideran necesario, enseñan con cariño, con amor por lo que hacen, con respeto y buen rollo.

•  Normalidad: Televisión Española no pasa por su mejor momento, manejada a su antojo por el gobierno de Rajoy. Por eso sorprendió que contrataran a los Javis como profesores de interpretación de la Academia...igual que sorprendió, no ya tanto la presencia de concursantes homosexuales, sino el beso de una concursante con su novio transexual en pleno prime time. Canciones como 'La revolución sexual' o 'A quién le importa'; dúos de chicas o de chicos interpretando canciones de amor...OT ha sido una isla de progreso, normalidad y libertad dentro de un mar conservador y manipulado.

OT es un gran programa, porque va más allá de un simple concurso musical. Hay música y mucho más. Es el ejemplo de lo que debe ser una televisión estatal, en la que tenemos que caber todos. Y las audiencias están siendo espectaculares. Así que, señores de TVE y del Gobierno: tomen nota.