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El perdón

El 20 de octubre de 2011 ETA anunció el final definitivo de la lucha armada. Hoy, 20 de abril de 2018, 6 años y medio después de aquel anuncio, emite un comunicado pidiendo perdón. Un comunicado insuficiente.

Cuando la banda decidió no seguir matando, muchos echaron de menos que pidieran perdón a las víctimas. Yo hubiese agradecido aquel perdón, pero el final del terror me parecía tan buena noticia -tan esperada- que no me importó que no reconociesen el daño causado. Ahora lo han hecho y sí, lo agradezco, aunque era necesario un perdón para todas las víctimas y no sólo para algunas. ¿Acaso hay víctimas de primera y de segunda?Todas las víctimas merecen el mismo respeto y el mismo perdón.

No es lo único cuestionable del comunicado. Aluden al bombardeo de Gernika como para justificar sus acciones violentas y sus asesinatos. Lo de Gernika fue terrible, no creo que nadie pueda defenderlo, pero considerarlo el origen o la base de todo lo que hicieron durante décadas es muy tramposo. Ellos luchaban por la independencia de Euskal Herria, la que consideraban su patria, y les importaba mucho más que cualquier vida.

Hablan también de la necesidad de reconciliación en el País Vasco, y en eso tienen razón. No se debe olvidar, pero sí perdonar -aunque haya quien piense que sin olvido no hay perdón- para poder convivir civilizadamente. Pero todo eso pasa por un perdón general, no parcial, no distinguiendo a unos asesinados de otros -asesinados por no pensar igual que ellos-.

La barbarie fue tan tremenda, con décadas de muertos, heridos, secuestrados y exiliados que tuvieron que huir del País Vasco por miedo, que este comunicado se queda corto. Valoro más los testimonios de etarras que, en algún momento, decidieron abandonar la banda, que en sus estancias en la cárcel reflexionaron y dejaron atrás la violencia o los encuentros entre terroristas arrepentidos y víctimas, que sí creo que ayudan a la reconciliación. Miremos hacia adelante, disfrutemos de la paz que tanto merecíamos, sin rencor pero sin olvidar aquel terror, para que nunca vuelva a repetirse.

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