Miguel Ángel
Hoy se cumplen 20 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco tras 48 horas de secuestro. Dicen los expertos que su asesinato supuso el principio del fin de la banda terrorista ETA: en el País Vasco mucha gente que callaba por miedo decidió salir y alzar su voz, e incluso plantarle cara a la izquierda abertzale.
Recuerdo el avance informativo de TVE en el que anunciaban el secuestro de un concejal de Ermua y el ultimátum de la banda al Gobierno: si en 48 horas no acercaban los presos etarras al País Vasco, asesinarán a Miguel Ángel. La noticia del secuestro ya supuso un impacto. Enseguida se organizaron movilizaciones muy masivas en todo el país.
Recuerdo las imágenes de su padre llegando a casa y enterándose de lo ocurrido por los periodistas que estaban a la puerta, al Gobierno no dispuesto a ceder al chantaje y las Fuerzas de Seguridad intentando encontrar a Miguel Ángel antes de que expirase el plazo.
Recuerdo que nos dividíamos entre la esperanza y la certeza de que le asesinarían: "No van a ser capaces", se escuchaba a algunos; "Son unos asesinos y le van a matar", se escuchaba a otros. Yo, con mis 12 años, también navegaba entre esas dos aguas.
Recuerdo no estar en casa cuando se cumplió el plazo y cómo alguien nos dejó un mensaje en el contestador diciendo: "Le han matado".
Creo que a todas las personas de bien que teníamos uso de razón nos marcó. Cada atentado marcaba pero la historia de Miguel Ángel más, por lo dura, macabra y desalmada, y con aquella cuenta atrás que helaba.
Ayer en Ermua, se unieron todos los partidos políticos -incluído Bildu- para homenajearle. Todos unidos...Es emocionante.
Recuerdo el avance informativo de TVE en el que anunciaban el secuestro de un concejal de Ermua y el ultimátum de la banda al Gobierno: si en 48 horas no acercaban los presos etarras al País Vasco, asesinarán a Miguel Ángel. La noticia del secuestro ya supuso un impacto. Enseguida se organizaron movilizaciones muy masivas en todo el país.
Recuerdo las imágenes de su padre llegando a casa y enterándose de lo ocurrido por los periodistas que estaban a la puerta, al Gobierno no dispuesto a ceder al chantaje y las Fuerzas de Seguridad intentando encontrar a Miguel Ángel antes de que expirase el plazo.
Recuerdo que nos dividíamos entre la esperanza y la certeza de que le asesinarían: "No van a ser capaces", se escuchaba a algunos; "Son unos asesinos y le van a matar", se escuchaba a otros. Yo, con mis 12 años, también navegaba entre esas dos aguas.
Recuerdo no estar en casa cuando se cumplió el plazo y cómo alguien nos dejó un mensaje en el contestador diciendo: "Le han matado".
Creo que a todas las personas de bien que teníamos uso de razón nos marcó. Cada atentado marcaba pero la historia de Miguel Ángel más, por lo dura, macabra y desalmada, y con aquella cuenta atrás que helaba.
Ayer en Ermua, se unieron todos los partidos políticos -incluído Bildu- para homenajearle. Todos unidos...Es emocionante.
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