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Pirómanos

En la política española hay algunos pirómanos que se disfrazan de bomberos. Quizá demasiados. En concreto, en el caso del procés, hay pirómanos expertos.

La semana pasada Albert Rivera e Inés Arrimadas se dedicaron a retirar lazos amarillos de algunos lugares públicos. Soy de los que piensa que en lugares privados pueden poner los lazos amarillos que quieran -o del color que les plazca-, pero los espacios públicos no deberían estar ocupados por ningún símbolo que provoque tensiones. Pero no deben ser los políticos los que decidan quitar con sus propias manos ningún símbolo, porque lo que realmente están consiguiendo con ello es encender más el fuego.

Por otro lado Torra, Puigdemont y compañía siguen subidos en su burro. Ayer Torra pronunció su discurso de apertura de curso político, pero no lo hizo en el Parlament, que es donde procedía, sino en el Teatre Nacional de Catalunya, elaborando así una puesta en escena pomposa que tanto gusta a los políticos independentistas. Nada nuevo contó el President, volvió a incidir en las mismas cuestiones de siempre: la libertad de los políticos presos, afirmando que no aceptará una sentencia que los condene y dejando en el aire la posibilidad de abrir las cárceles para dejarlos en libertad en caso de que sean condenados. Por supuesto, la meta sigue siendo conseguir la República Independiente de Catalunya. Aclaró que está abierto al diálogo con el Gobierno central, pero ojo, el diálogo será sobre lo que él diga y sobre lo que él quiera. Pues hombre, ¿qué clase de diálogo es ese?Uno tiene que estar dispuesto a escuchar, entender, negociar...pero o es como él diga o nada, lo que se traduce en que ese diálogo no será tal, a pesar de que el Gobierno de Sánchez sigue apostando por ello.

Torra llama a la movilización en las calles, y la semana que viene es la Diada, que se prevee numerosísima, como en años anteriores. Seguramente se manifestarán los independentistas por un lado y los partidarios de la unidad por otro. Todo lícito, siempre y cuando se produzca en paz. Pero estoy convencido -y ojalá me equivoque- de que habrá conflictos porque acabarán encontrándose los unos y los otros. Evidentemente la responsabilidad de cómo actuar es personal -quien se manifieste en paz o quien quiera montar bronca es bajo su decisión-, pero los políticos tienen una responsabilidad pública y están siendo muy irresponsables.

Quim Torra gobierna para la parte independentista de Catalunya y gente como Albert Rivera o Pablo Casado dirigen su discurso a quienes quieren una España unida por encima de todo. Ni uno ni otros parecen tolerar otro pensamiento. Y yo me pregunto: ¿qué pasa con los que no son independentistas ni se ven representados en el españolismo 'ciudadano' o 'pepero'?¿Hay alguien que piense en ellos?Y no sólo me refiero a gente de Catalunya, sino también del resto de España -entre los que me incluyo-, que estamos tan hartos de unos como de otros.

Los que tienen que apostar por el diálogo, por un diálogo real, lanzan soflamas para calentar el ambiente de un otoño que en lo meteorológico no sé cómo vendrá, pero en lo político se espera bastante cálido.

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