Más respeto
Ya ocurría antes pero realmente me he dado cuenta ahora. Desde que la crisis catalana empezó a hacerse más intensa, noto que mojarse sobre ese u otro tema político sirve para que algunas personas te etiqueten de inmediato de forma bastante gratuita.
En 2014, Carles Francino ya dedicó un editorial en su programa 'La Ventana' de la Cadena Ser hablando de lo harto que estaba de sentirse escrutado: en Madrid algunos le consideraban independentista y en Cataluña otros le consideraban españolista. Más recientemente, a Serrat algunos -puntualizo para no generalizar- le llamaron 'facha' por no apoyar el referéndum ilegal del 1 de Octubre, cuando es bien sabido que Serrat es de izquierdas. Entonces, ¿qué narices está pasando de un tiempo a esta parte?¿Por qué hay tan poco respeto por las opiniones ajenas que no coinciden con lo que uno piensa o espera?
Quizá en los últimos años, con la crisis y todos los casos de corrupción, las posturas se han polarizado; y en los últimos meses con el tema de Cataluña, parece que aún más. Pero no comprendo la falta de crítica hacia la ideología que uno tiene. ¿Pero acaso ser de derechas no tiene que conllevar crítica a la derecha?¿Y el que es de izquierdas no puede criticar a la izquierda?Creo que uno tiene que ser crítico con todo, incluso aún más con lo que uno defiende. Lo que creo también es que no hay que juzgar ni etiquetar con tanta facilidad a los demás basándose en una opinión sobre un tema determinado. Hay que escuchar -o leer, según el caso- y tratar de entender. Y sobre todo respetar, siempre y cuando la opinión no sea ofensiva.
Estamos llegando a puntos en que expresar tu opinión por Twitter, sobre todo si son críticas hacia sectores muy determinados, conlleva aguantar rápidas respuestas de gente defensora de ese sector, que con facilidad incluyen preguntas tipo '¿A qué partido votas?' y que pueden acabar en insultos cuando rebates y no les gusta lo que dices. Y me parece muy triste que alguien te insulte por pensar distinto -insisto, siempre y cuando tu opinión no ofenda a nadie o no tengas una ideología fascista-. Estos días, sin ir más lejos, eldiario.es publicaba en exclusiva mensajes de un chat privado de policías municipales de Madrid en los que se insultaba y amenazaba muy gravemente a gente como Manuela Carmena, Ana Pastor, Antonio García Ferreras o Pablo Iglesias; amenazaban con matar a inmigrantes y también lanzaban loas a Hitler. Que tu ideología sea contraria a la de Carmena no implica insultar ni amenazar, y aún es más reprobable viniendo de funcionarios públicos que supuestamente velan por la seguridad de la ciudadanía.
¿Hasta qué punto vamos a llegar?Francamente, estoy muy preocupado. Noto mucha intolerancia, cero respeto hacia opiniones distintas, hacia pensamientos que no encajan con el propio. Hay mucha crispación, mucho insulto fácil. Hacen falta sosiego y respeto. Escuchemos a los demás y si lo que dicen no nos gusta, respetémoslo. No tomemos al que piensa diferente como enemigo. Simplemente es alguien que piensa distinto.
En 2014, Carles Francino ya dedicó un editorial en su programa 'La Ventana' de la Cadena Ser hablando de lo harto que estaba de sentirse escrutado: en Madrid algunos le consideraban independentista y en Cataluña otros le consideraban españolista. Más recientemente, a Serrat algunos -puntualizo para no generalizar- le llamaron 'facha' por no apoyar el referéndum ilegal del 1 de Octubre, cuando es bien sabido que Serrat es de izquierdas. Entonces, ¿qué narices está pasando de un tiempo a esta parte?¿Por qué hay tan poco respeto por las opiniones ajenas que no coinciden con lo que uno piensa o espera?
Quizá en los últimos años, con la crisis y todos los casos de corrupción, las posturas se han polarizado; y en los últimos meses con el tema de Cataluña, parece que aún más. Pero no comprendo la falta de crítica hacia la ideología que uno tiene. ¿Pero acaso ser de derechas no tiene que conllevar crítica a la derecha?¿Y el que es de izquierdas no puede criticar a la izquierda?Creo que uno tiene que ser crítico con todo, incluso aún más con lo que uno defiende. Lo que creo también es que no hay que juzgar ni etiquetar con tanta facilidad a los demás basándose en una opinión sobre un tema determinado. Hay que escuchar -o leer, según el caso- y tratar de entender. Y sobre todo respetar, siempre y cuando la opinión no sea ofensiva.
Estamos llegando a puntos en que expresar tu opinión por Twitter, sobre todo si son críticas hacia sectores muy determinados, conlleva aguantar rápidas respuestas de gente defensora de ese sector, que con facilidad incluyen preguntas tipo '¿A qué partido votas?' y que pueden acabar en insultos cuando rebates y no les gusta lo que dices. Y me parece muy triste que alguien te insulte por pensar distinto -insisto, siempre y cuando tu opinión no ofenda a nadie o no tengas una ideología fascista-. Estos días, sin ir más lejos, eldiario.es publicaba en exclusiva mensajes de un chat privado de policías municipales de Madrid en los que se insultaba y amenazaba muy gravemente a gente como Manuela Carmena, Ana Pastor, Antonio García Ferreras o Pablo Iglesias; amenazaban con matar a inmigrantes y también lanzaban loas a Hitler. Que tu ideología sea contraria a la de Carmena no implica insultar ni amenazar, y aún es más reprobable viniendo de funcionarios públicos que supuestamente velan por la seguridad de la ciudadanía.
¿Hasta qué punto vamos a llegar?Francamente, estoy muy preocupado. Noto mucha intolerancia, cero respeto hacia opiniones distintas, hacia pensamientos que no encajan con el propio. Hay mucha crispación, mucho insulto fácil. Hacen falta sosiego y respeto. Escuchemos a los demás y si lo que dicen no nos gusta, respetémoslo. No tomemos al que piensa diferente como enemigo. Simplemente es alguien que piensa distinto.
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