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Orejas, curas y demás familia

Noticias tan fuertes como la del atentado del pasado jueves en Barcelona dejan marca en nuestro corazón y en nuestra memoria, y también una estela de noticias que dura días o incluso semanas.
Algunas de esas noticias son lógicas: detenciones, informes de la investigación, identificación de víctimas, solidaridad...Otras ya no lo son tanto y, estando en el país que estamos, uno puede esperarse cualquier cosa.

Por un lado, Jaime Mayor Oreja quejándose de que, por parte de la Generalitat catalana, no se informó en castellano sobre el atentado. Para esto encuentro dos posibles explicaciones:
  1. Mayor Oreja no siguió las comparecencias de los Mossos d'Esquadra ni sus informaciones en Twitter.
  2. Mayor Oreja siguió las informaciones y miente deliberadamente.
No sé cuál de las dos me parece peor: si es la primera, no debería lanzar opiniones sin haber seguido las comparecencias y, por tanto, sin saber que las ruedas de prensa se hicieron tanto en catalán como en castellano y, además, desconociendo que los Mossos tuiteaban en catalán, castellano, inglés y francés. Si es la segunda opción, es de una desfachatez vergonzosa, y utiliza este momento tan delicado para atacar a los catalanes y a una de sus señas de identidad.

Por el otro un cura madrileño, Santiago Martín, que ha lanzado acusaciones muy graves contra Ada Colau y contra Manuela Carmena, acusándolas de ser unas radicales y no proteger con bolardos las principales calles de sus ciudades y proponiendo presentar una denuncia contra Colau por cooperación con los terroristas que atentaron en Barcelona. ¿Acaso ha denunciado usted a sus compañeros curas que se han dedicado a abusar de menores?¿Por qué no se dedica la gente de la Iglesia a predicar la palabra de Dios y dejan de juzgar a los que no pensamos como ellos?¿Hasta cuando vamos a tener que tolerar que desde la Iglesia se escupan barbaridades como éstas?Espero que haya consecuencias contra el tal Santiago Martín.

Y para terminar la CUP ha hecho públicas sus dudas acerca de asistir a la manifestación convocada para el próximo sábado en la Ciudad Condal si asiste el Rey, al que acusan de participar en la financiación del terrorismo islámico. El presidente de la Generalitat ya ha calificado esas declaraciones como lamentables. Quizá no es el momento de cuestionarse las relaciones de España con Arabia Saudí -que habrá que hacerlo- y demás cosas que seguramente habrá que plantearse para intentar frenar el avance del yihadismo. Está todo muy reciente y es el momento de seguir unidos, apoyando a las víctimas, alabando a las Fuerzas de Seguridad, de Emergencias y a todos esos héroes de a pie que han puesto su granito de arena, y dejar a un lado las afrentas políticas. Cada cosa a su tiempo.

Me quedo con la magnífica labor de investigación, detención e identificación que se ha llevado y se sigue llevando a cabo; con la humanidad de los ciudadanos que ayudaron a los heridos, con aquellos que fueron a donar sangre, con aquellos que abrieron las puertas de su casa para acoger a personas que no podían volver a las suyas o a sus hoteles; y me quedo con la foto de la unión de los políticos junto con el Rey el viernes pasado en Plaza Cataluña.


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