El ébola y otros virus

La primera enferma por contagio de ébola en España es la noticia de la semana y, seguramente, una de las noticias del año. El terrible brote que desde hace demasiado tiempo está sufriendo África ha llegado a nuestro país y con él una sobrecarga de información y desinformación que, a momentos, resulta agotadora. Cuando repatriaron al primer misionero infectado, se aseguró por parte del Gobierno que podíamos estar tranquilos. Parecía que todo estaba perfectamente controlado. Y no sé cómo pudimos fiarnos de su palabra, si llevan casi 3 años mintiéndonos. Algo ha fallado y no confío nada en la investigación que se va a llevar a cabo porque todo apunta a que quieren echarle, sí o sí, las culpas a la auxiliar de enfermería infectada. Pero resulta que ya en el mes de Julio, personal sanitario se quejó del descontrol que imperaba: vestimenta no adecuada, falta de preparación al personal...La Comunidad de Madrid desmanteló el hospital Carlos III, centro de referencia en enfermedades infecciosas, y a la hora de repatriar a los enfermos parece que las cosas no se hicieron bien. Así que me inclino a pensar que el fallo ha venido por parte del sistema y no por la enferma.

Pero no es el ébola el único virus que estamos sufriendo. Los españoles estamos infectados, desde hace mucho tiempo, con varios virus: impotencia, rabia, hartazgo. Siguen saliendo casos de corrupción y seguimos esperando que se haga algo, pero que se haga de verdad. Que se meta en la cárcel a los que se lo han llevado y que se desinfecte de una vez el panorama político español. Ésos, los corruptos que siguen tan tranquilos caminando libres por las calles, están infectados con el virus de la impunidad.

Y, desgraciadamente, el virus que más se está instalando en este país es el de la pobreza. Cada vez hay más personas que no tienen ni para comer. Personas que gracias a organizaciones como Cáritas o Cruz Roja pueden llevarse algo a la boca.

Hace falta una desinfección completa en España para erradicar toda la corrupción, la mentira, la podredumbre que nos inunda, y consiga que la gente pueda trabajar, tener una vivienda digna, dar de comer a sus hijos. Así, otro de los virus que ataca cada vez a más gente, la tristeza, también se irá.